La escasez de pan en Cuba ha escalado a niveles críticos. Esta semana el diario local de Ciego de Ávila informó que la venta se limitaría a días alternos porque la harina con la que cuentan cubre apenas la mitad de la demanda.
"A veces se meten hasta una semana sin darlo", dijo a Martí Noticias Mireya, residente de esa provincia. La mujer explicó que cuando lo venden es de "muy mala calidad".
Consuelo Mendoza, otra residente en la capital provincial, también se refirió a la irregularidad en la distribución. "Aquí el pan es cada cuatro o cinco días. Hay mucha gente que tiene niños y no tiene nada que darle de comer. El pan lo que parece es un kilito y está malísimo", comentó.
En septiembre de 2024, las autoridades redujeron temporalmente el peso del pan de la cuota se de 80 a 60 gramos, con un precio de 75 centavos. Anayra Cabrera Martínez, directora general de Política Industrial del Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal), informó entonces que esta medida no era definitiva y buscaba asegurar la producción y distribución equitativa del producto tanto para la población como para consumos sociales como hospitales y escuelas.
La dependencia de Cuba del trigo importado, junto con problemas en los molinos locales y los cortes de electricidad, han afectado la producción de pan en todo el país.
En Santiago de Cuba, el molino local está inoperativo por falta de materia prima. Las autoridades locales informaron que dependen de la harina que llega desde La Habana, lo que ha obligado a la distribución rotativa del pan entre los diferentes municipios.
A inicios de mayo, el intendente Alexander Kala Rodríguez de Guantánamo anunció un aumento en los precios del pan en las panaderías privadas o de gestión no estatal.
Para los cubanos, la falta de pan impacta directamente en su alimentación diaria. Leidy Tabares, activista camagüeyana, señaló que ante la ausencia de pan en las bodegas, los padres lo tienen que comprar a altos precios en la calle para que sus hijos puedan llevar la merienda a la escuela".
"Un pan cuesta 150 pesos, entonces los padres tienen que comprar ese pan para poderle dar la merienda a sus hijos", afirmó.
Una persona en el municipio Bauta, provincia Artemisa, confirmó la dificultad para conseguir pan en su localidad. "Siempre se desayunaba con el pan de la bodega. Ya usted no puede guardar un pan porque al otro día se come un palo. La calidad está mala, están chiquitos, dicen que no hay harina", comentó.
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